El sábado pasado volvimos a ser testigos, como ya se ha hecho costumbre en los
últimos años de un patético circo montado con el pretexto de conmemorar el incidente de Tlatelolco ocurrido hace 36 años.
Y otra vez, como todos los años el mismo
sonsonete, los "estudiantes del 68" un grupo de personas con pinta de locos sin oficio ni beneficio que se dedican a mamar
de los hechos de Tlatelolco para obtener algo de notoriedad, las "madres de los
desaparecidos" tratando de llevar agua para su molino, aunque afortunadamente son menos que en Argentina "las madres"
mexicanas también se han dedicado a la explotación política de las presuntas muertes de sus hijos, su líder "Rosario Ibarra
de Piedra" cuyo hijo desapareció mientras formaba parte de un grupúsculo terrorista conocido como "la liga 23 de septiembre"
estaba en el centro del grupo de las madres, esta señora que ha mercado con su supuesta tragedia al grado de obtener una candidatura
presidencial en 1988 por el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) convenientemente en medio de sus "tristeza" omite
decirnos cuales eran las actividades a las que se dedicaba su hijo antes de desaparecer; el angelito fue cómplice de robos,
atentados y de decenas de asesinatos cometidos por el grupo al que pertenecía.
A pesar de la vigilancia policíaca nuevamente una marcha del 2 de octubre sirve
de marco para la delincuencia, el vandalismo y la violencia, un grupo de "porros" ataca a varios comerciantes ambulantes (los
cuales respondieron y descalabraron a varios marchistas) mientras que ya en el zócalo el pleito por el micrófono llego hasta
los golpes entre miembros del Frente Francisco Villa y del IPN.
La gran mayoría de quienes se manifestaron el pasado sábado desconocía la naturaleza
del movimiento del 68, sus razones (o sin razones) y las causas que llevaron al incidente de Tlatelolco, pero eso era lo de
menos, había que echar desmadre, hacer pintas y robar, al fin y al cabo esa es la naturaleza de la izquierda mexicana, intolerante
y agresiva, incapaz de llegar aun acuerdo aun entre ellos mismos.
El 2 de octubre si se olvida, hoy en día es para la mayoría de los mexicanos,
solo una hecho anecdótico sin mayor relevancia, mientras que para la izquierda es un botín político y para los vándalos un
irresistible pretexto que les permite llevar a cabo con relativa impunidad ataques a comercios y transeúntes.
Por otra parte parece que el proceso a Echeverría se ha enfriado, y con razón; las acusaciones de genocidio rayaban en el ridículo, además de que aun en caso de haber existido dichos
delitos ya han prescrito, razón por la cual finalmente no se ordeno arrestar al expresidente, mas allá de que los hechos del
“jueves de Corpus” merecen moralmente hablando un castigo; jurídicamente, en cuanto a Echeverría esto es ya imposible.